Lado A
Antes de analizar lo que puede pasar en la segunda vuelta prefiero cerrar el capítulo de la primera. Si entendemos bien lo que pasó, podremos estar más claros en nuestras perspectivas de lo que se viene: ¿Qué pasó?
Nos acordamos de la política cada 5 años.- A la mayoría de peruanos no les interesa la política y solo hablan de ella cada cinco años porque están obligados a votar (no los culpo). Los ciudadanos se sienten lejos de sus representantes y las conversaciones políticas en periodos no electorales son básicamente para criticar a los gobiernos de turno. Nos encanta echarle la culpa de todo a los políticos pero no hacemos mucho (por no decir nada) para que eso cambie.
Nada cambio entre el 2006 y esta elección. No se fortaleció ningún partido político, no surgió ningún líder con ideas frescas y lo peor de todo, no se hicieron reformas estructurales en el sistema que permitan la inclusión de las mayorías en el crecimiento económico (suena a cliché pero es verdad).
Los mismos de siempre.- Los candidatos que pelearon la elección fueron: i) el mismo que ganó la primera vuelta del 2006; ii) la hija de un ex presidente, actual congresista que no postuló a la presidencia en la elección pasada porque todavía no tenía la edad que establece la Constitución (35 años); iii) un ex ministro de energía y minas del gobierno de Belaunde y ex ministro de economía y premier de Toledo; iv) un ex Presidente de la República; y, v) el ex Alcalde de Lima (que ya había postulado a la presidencia).
La campaña fue un circo.- Esto tampoco es nada nuevo. Parecía que estábamos eligiendo al primer payaso de la nación y sus secuaces y no al Presidente y congresistas. Se dijeron de todo (unos más que otros) y explicaron sus propuestas (por decirlo de alguna manera) en medio de conciertos de chicha, regueton, rock y huayno. Lo importante no era asociar a los candidatos con ideas fuerza, lo importante era que la gente se acuerde de la cancioncita, la rima cojuda y el muñequito.
Los “debates” no sirvieron para nada.- Este punto no requiere mayor explicación. Lo que sí se debe destacar es que fuera de los “debates” en los que participaron todos los candidatos (o cinco de ellos), no se vio ningún debate (de los de verdad) entre candidatos presidenciales en algún medio de comunicación. Casi todos se morían de miedo de exponerse al intercambio de ideas frente a frente. Todos muy malos al hablar y leer los discursos que les escribían aunque se notó que algunos tomaron clases de actuación.
La prensa jugó su papel habitual.- Hay medios y medios. Periodistas y periodistas. Muchos tomaron partido desde el principio y otros se mantuvieron independientes. Nuestra prensa es en general muy interesada, juega su propio partido y defiende sus intereses. Lo cuestionable es que muchas veces se ofrece información de parte como si fuese objetiva y se confunde y mal informa a los electores. Queda claro que esto será igual en la segunda vuelta pero con más fuerza.
Cuidado con pensar que por cosas como estas se debe controlar a los medios. Por mi que digan lo que quieran (mientras no difamen o calumnien a nadie), es la gente la que elige si los ve, los lee o los escucha, no el estado.
El factor PPK.- Hasta ahora no entiendo el fanatismo que generó este señor. Dijo que quería ser candidato desde hace un par de años y trabajó para armar su candidatura como pudo.
¿Tiene algún mérito? Sí. Haber llegado en el tercer lugar (aunque no sirva para nada) no es poca cosa.
¿Su alianza seguirá vigente? Difícil. Fue una alianza pensada en no perder la inscripción por el tema de la valla electoral. Lo más probable es que en el corto o mediano plazo cada uno empiece a bailar con su propio pañuelo (como pasó con Unidad Nacional).
Mi sensación es que PPK no le ganaba a Humala en segunda vuelta de ninguna manera. Que me disculpen mis amigos ppkausas pero su fanatismo los llevó a creer que el Perú era un país distinto. Que le haya ganado a Toledo en primera vuelta (que insisto, no sirvió para nada) no hace que hayan tenido razón. El que le podía ganar a Humala era Toledo, no PPK.
Pienso también que la mayoría de gente que votó por PPK votará sin mayor problema por Fujimori en la segunda vuelta. Desde antes de votar sabían que esa era una posibilidad y parece que no les incomodaba tanto.
¿Cómo creció PPK? Gracias al mal manejo de la campaña de Toledo, una agresiva estrategia de marketing que bien podría aplicarse para alguien que compita en el próximo “Bailando por un Sueño” de Gisela y cierto racismo asolapado contra Toledo.
Toledo.- Pésimo manejo de su campaña. Se le subieron los humos y se alucinó Presidente antes de ganar la elección. Intentó recuperarse pero fue muy tarde. PPK le quitó los votos de todas las personas que con razón, se acordaron de las frivolidades de su gobierno y vieron en PPK una opción similar pero sin Toledo.
¿Toledo seguirá en política? No lo duden.
Voté por él (he explicado por qué en otro post) y me sentiría traicionado si llegase a algún acuerdo político con Humala. Sería absolutamente incoherente con todo lo que dijo en su campaña y le costaría su futuro político aunque en el Perú, nunca se sabe.
La responsabilidad de los candidatos.- Toledo y PPK sabían perfectamente que si no se aliaban (de la manera que fuera) serían Humala y Fujimori quienes pasarían a la segunda vuelta. Qué no se hagan los locos y que los juzgue la historia por dejarnos en manos de estos señores. Ellos pudieron hacer algo pero no quisieron.
La segunda vuelta.- No me he ocupado de Humala y Fujimori porque lo haré en las próximas semanas. El Perú se ha expresado democráticamente y nos guste o no vamos a tener que elegir entre ellos.
La realidad nos escupe en la cara recordándonos que el Perú es mucho más complejo de lo que pensamos y que pide a gritos un cambio (el que sea).
Noto que ahora muchos periodistas y políticos llaman a la calma y a evaluar las propuestas. Es bueno mantener la calma y evaluar pero es mejor hacerlo sin perder la perspectiva de la realidad. Dicen que el Perú no es Venezuela o Bolivia y que los tiempos son distintos a los del Fujimorismo. Dicen también que los candidatos se van a alinear y que la realidad económica y los nuevos tiempos no los van a dejar hacer reformas radicales ni atentar contra la democracia. Parece que no han llevado el curso de historia del Perú.